5 cosas que debes hacer al comprar un coche usado

5 cosas que debes hacer al comprar un coche usado

Cuando comprar un coche nuevo, es es muy importante que lo lleves donde una mecánico para que constante el estado del mismo. De la misma forma, es necesario que veles por el mantenimiento de tu coche para que este puede perdurar en el tiempo. En el día de hoy, queremos hablarte un poco sobre esas cosas que deberías hacer una vez hayas comprado un coche de segunda mano.

5 cosas que debes hacer luego de comprar un coche de segunda mano

1. Cambiar el aceite del motor

A menos que la varilla de medición de su coche usado muestre aceite dorado y virgen, sería prudente cambiar el aceite desde el principio. Es el alma de su costoso motor, bla, bla, así que cambie el aceite cuando lo traiga a casa y podrá reajustar el intervalo de cambio empezando desde cero sin tener que adivinar nada. Cambie también el filtro de aceite.

Por cierto, ese intervalo de cambio de 5.000 km que todo el mundo recomienda es una reliquia. Los aceites actuales están repletos de aditivos que duran más. Respete el programa impreso en el manual del propietario. Puede cambiar a un aceite sintético una vez que el motor esté rodado (algunos dicen que a los 16.000 km; otros dicen que cuando sea) y disfrutar de una vida prolongada del motor, un mejor arranque en tiempo frío y un ahorro de combustible ligeramente mayor.

2. Limpiar el refrigerante del motor

El calor es el enemigo más temible de cualquier motor, por lo que el refrigerante desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de su longevidad. Un motor sobrecalentado puede ser un evento catastrófico, destruyendo las juntas y deformando los componentes del motor sin posibilidad de reparación. Dado que los sistemas de refrigeración actuales incorporan tantos metales distintos, el refrigerante se convertirá lentamente en un electrolito con el tiempo y corroerá los componentes más caros.

Los propietarios de vehículos de segunda mano deben lavar el sistema de refrigeración en el momento de la compra y sustituir el refrigerante cada tres años. Cambie cualquier manguera sospechosa mientras el sistema esté vacío. Además de regular el calor, el refrigerante fresco repone los lubricantes e inhibidores de óxido en el sistema. Deje esta tarea en manos de un taller profesional que disponga del equipo adecuado y pueda eliminar el líquido correctamente.

3. Sustituya el líquido de frenos

Los líquidos de frenos comunes tienen una base de glicol y absorben agua por naturaleza, lo que los hace higroscópicos. Es importante eliminar esa humedad que contamina su sistema de frenado. A medida que el líquido absorbe la humedad, se espesa y se vuelve menos capaz de soportar el calor y la corrosión. El resultado es un descenso significativo de la temperatura de ebullición del líquido de frenos, que podría sobrecalentarse en las pinzas y comprometer el rendimiento de los frenos… y su seguridad.

Su líquido de frenos se ve comprometido por la humedad constantemente, tanto si su vehículo se conduce mucho como si simplemente está en el garaje. La humedad entra en el sistema a través de las juntas y de los poros microscópicos de las mangueras. También entra cada vez que se abre el depósito de líquido… así que no mire dentro innecesariamente. Lo más probable es que su coche usado funcione con un líquido de frenos viejo, así que hágalo cambiar en su taller local. Los expertos recomiendan sustituir el líquido de frenos cada tres años para minimizar la ebullición del líquido y la dañina corrosión.

4. Cuida los filtros

El aire es vital para el proceso de combustión bajo el capó, así que inspeccione el filtro de aire de su motor de vez en cuando. Un golpecito bien colocado en el suelo expulsará algunos residuos y prolongará la vida útil incluso del filtro más básico. Los filtros de aire «de larga duración» o «permanentes» utilizan espuma o gasa de algodón en lugar de papel para atrapar las partículas suspendidas en el aire, pero requieren una limpieza y un engrase que pueden resultar demasiado delicados para algunos propietarios.

5. Examine cuidadosamente sus neumáticos

Puede que sus neumáticos hayan pasado el proceso de inspección de seguridad, pero hay más cosas en los neumáticos que la profundidad del dibujo. Además de comprobar el desgaste uniforme de los neumáticos, ajustar la presión de aire y mantener la alineación, muchos propietarios de vehículos no saben cuánto tiempo llevan sus neumáticos en la carretera. Examine los flancos y la banda de rodadura en busca de grietas secas. Estas grietas pueden variar en tamaño -algunas son tan finas como un pelo y otras pueden tragarse una moneda- y aparecen cuando el neumático pierde su elasticidad, normalmente después de cinco años de antigüedad. Si parecen viejas, es hora de sustituirlas.

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